De pronto me vi golpeada y hecha pedazos, tanto como por fuera como por dentro. No podía defenderme, no podía salir de ese agujero tan negro y tan violento, y coges miedo, miedo a que te vuelva a pasar lo mismo, miedo hasta de tu propia sombra.
Desde entonces la vida no es igual si ya te ponen «la mano encima».
Escribo esto para que en pleno siglo XXI no sigan pasando el maltrato de genero. Que esta sociedad sin violencia sería mucho mas bonita.