Con 19 años subía las escaleras del puso de casa de mis padres cargando la torre del ordenador y mi vecino, unos veinte años mayor que yo, que iba bebido, me arrinconó contra la pared aprovechando que tenía las manos ocupadas y empezó a acercarse demasiado a mí y decirme que estaba muy guapa. Le pedí que se apartase de mí pero no me hacía caso. Mi madre salió de casa y me llamó y entonces él se apartó de mí como si nada hubiera pasado.
19 años