Cuando trabajaba de dinamizadora deportiva en el polideportivo de mi pueblo, a última hora de la tarde venía un grupo de chicos a jugar al fútbol. Un día faltaba un jugador, y alguno de los chicos me dijeron que si quería jugar con ellos. Yo les dije que sí, escuchando rápidamente comentarios como: “Cómo va a jugar ella, que es una chica y le podemos hacer daño”, “Si ella no entiende de fútbol” o “Que se ponga de portera y así no tiene que hacer mucho esfuerzo”. Llevo jugando a fútbol desde los 3 años.
21 años